Actualizado el 07/10/2023
El impacto de la música y los adolescentes
Muchas veces nos quejamos de los dolores de cabeza que nos produce la música que escuchan nuestros hijos, en especial cuando se encierran en su cuarto con el volumen que ensordece a cuanto ser vivo intenta conciliar el sueño.
Atrás quedaron los años en los que los encantos de los acordes y la dulce melodía provocaban perderse entre los pasos de un mágico baile.
Tranquila, antes de perder la paciencia y romper a palos el equipo de sonido que con tanto esfuerzo y amor le regalaste es mejor que respires, te tomes un té con miel y limón y recuerdes aquellos tiempos en los que coreabas canciones que tus padres consideraban insoportables y tus abuelos tildaban de sacrílegas.
Aceptémoslo, los tiempos cambian y aunque no compartamos los gustos de tus hijos debemos respetarlos sin embargo debemos recalcar que muchas veces el estilo de vida que tratamos de inculcarles es completamente opuesto a lo que parecen aullar los cantantes de moda en sus pegajosos hits, es ahí donde debemos prestar más atención.
Influencia
Los adolescentes tratan de definir su identidad y con frecuencia ven en sus ídolos de la música la estrella que ellos pretenden alcanzar. Se identifican rápidamente con sus letras y procuran emular sus proezas. La música es también una forma de conectarse con los muchachos de su misma edad quienes comparten sus gustos y aficiones entrando en un ambiente de aceptación y seguridad.
Un rayo de luz en la oscuridad.
No todos los jóvenes se dejan llevar por la moda, hay muchos que guardan gustos muy distintos a los actuales e incluso comparten con sus padres la afición por cierto cantante o estilo. De igual forma, hay muchos nuevos cantantes y agrupaciones que escapan del consumismo y hacen música porque realmente les gusta y tienen el talento para compartirlo llegando a agradar a generaciones como la nuestra y por qué no, anteriores.
Es cierto que el contenido de las canciones se ha ido degradando poco a poco pero no todo está perdido. La música en sí es una gran terapia para el alma, permite expresar nuestras emociones y sentimientos, nos llena de energía y acelera nuestros corazones.
Recomendaciones
- Pídele a tu hijo que te explique la letra de sus canciones favoritas, que te cuente algo más de sus estrellas de la música y lo que siente al escucharlos. También puedes compartir tus gustos con él y pasar una tarde de música.
- Antes de burlarte o expresarle abiertamente lo mucho que te desagradan sus gustos piensa bien lo que vas a decir, aunque no te agrade no tienes porque faltarle el respeto.
- Explícale que hay cierto contenido y expresiones que debe conocer en especial si va cantando por la calle cual jilguero de la mañana. El lenguaje peyorativo puede ser comercial pero no por ello aceptable en el habla cotidiana.
- Si suele usar el volumen muy alto pídele que use audífonos pero deberá controlar el volumen y las horas de uso para no perjudicar sus oídos.
- Explícale que las actitudes que toman muchos de sus ídolos, en especial los que sufren de adicciones y problemas de conducta, no son ejemplos a seguir. Infórmale de las consecuencias y conversa sobre ello.
- Motívalo a aprender a tocar algún instrumento musical o a tomar clases de canto si es que realmente le agrada, no sólo lo llenará de buena vibra, también liberará tensiones.
Aconseja pero no critiques, recuerda que la música es de gusto personal y no impuesto. Enséñale a escuchar buena música y disfruten juntos de un grato momento de arte, ocio, relax y diversión.
Image courtesy of «By Salvatore Vuono»/ FreeDigitalPhotos.net
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