Actualizado el 07/07/2023

¿La soledad es buena compañera?

Vivimos en sociedad y es bien sabido que el ser humano es una animal social, que vive en manadas y que gusta de andar en grupos. Desde pequeños nos relacionamos con otros niños y nos enseñan a socializar.

Es más, si no somos activos, si no tenemos amigos y si no somos muy sociables, nos hacen creer que algo anda mal y que deberíamos tener más amigos y salir más. Nos hacen creer que la soledad es mala. En el colegio o en el instituto, conectamos el éxito, la popularidad o el triunfo con el número de amistades que tengamos. Mientas más grande sea nuestra red es mejor.

Nos sentimos más queridos, sentimos que hacemos falta y que somos indispensables para otros, eso nos da un sentido de poder y nos hace sentir especiales. El estar solos nos atemoriza y lo vemos como sinónimo de fracaso personal.

Como verás dependemos mucho de los otros. Del cariño, de la aceptación de los otros. Al punto de sentirnos desdichados si nadie nos hace caso, si nadie requiere de nosotros, si estamos solos.

Lo damos todo por un amigo, por un grupo que nos dé la bienvenida. Cambiamos nuestra forma de ser para agradar a los demás y buscamos siempre llamar la atención, todo para evitar la soledad. Y estamos tan preocupados por agradar a los otros que nos olvidamos de nosotros mismos.

De que podemos estar muy bien sin los demás.

En este mundo en donde nunca estamos solos, en donde nos cruzamos con mucha gente durante el día, en el colegio, en la universidad o en el trabajo es bueno y hasta necesario un tiempo con nosotros  mismos. Un tiempo para conocernos, un tiempo para querernos.

La soledad bien aprovechada, el estar con uno mismo, nos ayuda a estudiarnos, a examinar lo que sentimos, porqué lo sentimos, porqué ciertas cosas nos molestan y porqué otras no.

Cuando estés solo, no intentes distraerte viendo tele, escuchando música o leyendo. Intenta cerrar los ojos, respirar y conectarte contigo mismo. Mírate, conócete. Conversa contigo mismo y quiérete.

Al estar solos, tenemos tiempo para estar en silencio, para escuchar mejor nuestro interior, para aprender a estar sin los demás, para no necesitarlos y solo necesitarnos a nosotros mismos. Cuando aprendas a estar cómodo contigo mismo, cuando aprendas a estar tranquilo y a no aburrirte cuando estás contigo, entonces necesitarás menos de los demás.

Necesitarás menos de la aprobación de los demás y no te importará si estás con gente o no, porque estarás cómodo tan solo estando contigo.

La soledad es una buena compañera en estos tiempos en los que estamos rodeados de gente y nos sentimos más solos y vacíos. Ese vacío incómodo que te obliga a buscar la compañía de los demás, graciosamente no se llena con otra gente, requiere que tú mismo lo llenes.

Que lo llenes de ti, de independencia y de amor por ti mismo. La soledad no debe ser ese momento aburrido en el que no sabes qué hacer ni a quién llamar para salir. La soledad es ese momento a solas contigo mismo que debe servir para conocer tu corazón.

Si no sabes por dónde empezar, simplemente recuerda la última cosa que te molestó o que te puso triste e investiga hasta el fondo del asunto las razones, los motivos y de esa manera te conocerás cada día más.

Esperamos que de ahora en adelante veas en la soledad no solo a una buena compañera sino también una oportunidad para ser una persona más independiente emocionalmente y feliz.

Image courtesy of «By David Castillo Dominici, «/ FreeDigitalPhotos.net

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